Volcán Teneguía, La Palma.

martes, 18 de junio de 2013

¡ESTOY HARTA!

¡ESTOY HARTA! Sí, de ti. Estoy harta y te lo grito en mayúsculas a pecho descubierto. Estoy cansada, agotada y harta, otra vez más, de lo que has hecho y en lo que has convertido al mundo. Me parece inaudito que sigas haciendo daño, que sigas dejando sin comida a gente, mientras a otros los ahogas en riqueza. Eres exageradamente injusto, cobarde y maltratador con las personas.

No creo que existas, no creo en tu existencia tal y como te ha insitucionalizado la corrupta y "honorable" Iglesia Católica, apostólica, romana y miserable. Pero si existes, ojalá que el destino te castigue y se encargue de ti "querido" Dios. Sinceramente, no mereces todas las guerras que se han librado por ti y toda la gente que ha muerto injustamente en tu nombre. Eres un desgraciado. No mereces ninguna admiración ni benevolencia por parte de nadie.

Una vez, leí una historia de que un preso del campo de exterminio de Auschwitz que había escrito en una pared algo así como "si Dios quisiese mi perdón, tendría que rogarme demasiado, y aún así no sería capaz de perdonarle". Si Dios fuese ese Señor tan capaz de todo y misericordioso, no nos habría sometido a tantas pruebas divinas, que más que divinas, han sido sangrientas y crueles. Los caminos del Señor no son inexcrutables, son un laberinto de engaños y excusas para que un grupo de señores puedan seguir almacenando oros y tesoros para uso y disfrute, cuando supuestamente predican con la ayuda al prójimo. Déjenme decirles, que se predica con el ejemplo y ustedes dan más asco que ejemplo. ¡Hipócritas, que eso es lo que son! 

¡Qué buena es la Iglesia! que expropia propiedades públicas y las pone a su nombre porque una Ley heredada del franquismo se lo permite en Navarra, y ¡ay! de aquel que se atreva a llevarle la contraria. (Adjunto enlace de artículo sobre la denuncia que hizo el programa Salvados: http://www.publico.es/espana/430543/salvados-destapa-los-negocios-inmobiliarios-de-la-iglesia-en-navarra

Lo peor de todo, es que las religiones se benefician de las personas más necesitadas en los peores momentos y se valen de ellas, ofreciéndoles una esperanza que no son capaces de hacer realidad. Engañan, roban, se enriquecen a su costa y son responsables de las mayores barbaries de la humanidad.

Precursores del lavado de cabeza. Por eso, te digo a ti, lector, que no creas en ninguna religión, sé tú tu mismo dios, y como mucho, dale gracias al Sol que te ilumina todos los días. Cuestiónalo todo y no te creas la mitad de lo que intentan convencerte porque la persona más libre es aquella que piensa por sí misma.

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